sábado, 16 de septiembre de 2017

COMO PROTEGERLOS Y CUIDARLOS A LOS ANIMALES




Es nuestra responsabilidad proteger a los animales domésticos y silvestres. Tenemos que ser conscientes de que la vida de un animal es tan valiosa como la propia y debemos respetarlos. Dondequiera que vivamos compartimos el hábitat con los animales. Además, todo ese amor incondicional que te brinda tu mascota debe ser retribuido con cuidados y protección. A continuación encontrarás algunos consejos básicos para proteger a tu mascota y, por qué no, a los animales que están a tu alrededor.




El cuidado y protección de los animales ha sido preocupación permanente desde la antigüedad, con seguridad desde que el hombre se acompañó por primera vez de un animal. Sin embargo, hoy en día esta preocupación responde a una necesidad más consecuente que natural
Ahora bien, hay que tomar en cuenta que la tan mencionada protección a los animales incluye a aquellos que viven en estado salvaje y a los que son domesticados. Recientemente han salido a la luz numerosos casos de maltrato animal por parte de empresas, organizaciones e industrias que mantienen una concepción meramente utilitaria de los animales, así como de personas que por diversión o placer ejecutan actos reprobables contra mascotas o animales que viven en la calle.
Ante tal panorama, no hace falta decir que las críticas que reprueban y condenan dichos actos son muchísimos y surgen dos preguntas: ¿qué nos impulsa a proteger a los animales? y ¿de qué sirve protegerlos?

“protección animal” se asume que somos capaces de dañarlos y necesitamos una regulación que nos impida hacerlo. En muchos países existen normativas con carácter de ley que protegen a los animales pero que pocas veces se cumplen en su totalidad. Por ejemplo, la fracción III del artículo 4 Bis de la Ley de protección a los animales del Distrito Federal de México, dice: “Promover en todas las instancias públicas y privadas la cultura y la protección, atención y buen trato de los animales”. ¿Se cumple esta disposición? Con total seguridad, no. Si acaso, el tema del bienestar y la protección animal es mencionado. No estudiado.
Cumple con los requisitos legales. Si estás dispuesto a tener una mascota es necesario que sigas los procedimientos legales para su correcto mantenimiento, como vacunaciones y carné sanitario entre otras cosas.


Mantén a tu mascota libre de pulgas y otros parásitos. Ten en cuenta que una vez que eliminas los parásitos externos de un animal es poco probable que vuelva a tenerlos en el futuro, a no ser que se exponga a un foco infeccioso - otro animal o cosa infectada.




Baña a tu mascota periódicamente. En la actualidad existen diversos productos para mantener a tu mascota aseada. Puedes usar champú para mascotas, inclusive puedes encontrar productos que previenen y eliminan los parásitos externos. En invierno puedes optar por productos de lavado en seco.

Bríndale su momento de esparcimiento. Debes sacarlo a pasear y hacerlo ejercitar regularmente.






Provee una alimentación balanceada. Cada tipo de mascota necesita de alimentos específicos. Si consumen algo que no deben puede que se enfermen.

Protege a tu mascota del frío. Los animales domésticos necesitan estar al resguardo del frío para no enfermarse. Si pasan el día entero o la noche afuera, es preciso que cuenten con un lugar donde puedan resguardarse del frío y cobijarse para que no la pasen mal. Debes tener especial cuidado con:
  • Cachorros y crías
  • Animales de clima tropicales o templados
  • Animales enfermos
  • Animales de edad avanzada


  • Adopta animales aunque no sean de raza. El comercio de animales de raza ha crecido enormemente y muchas veces sus criadores mantienen a las madres de las crías en pésimas condiciones, ya que lo que les importa es solo el dinero. Existen miles de animalitos que esperan por ti para darte amor incondicional. No contribuyas al maltrato de los ejemplares de raza.


Trata las enfermedades a tiempo. Muchas veces un simple resfriado puede llevar a tu mascota a enfermarse seriamente. Llévala al veterinario tan pronto descubras que le pasa algo fuera de lo normal.


Mantén las rutas y caminos libres de restos de comida. Nunca hay que tirar comida desde un vehículo a una vía pública (autopista, carretera o calle). Muchos animales podrían ser atropellados por un vehículo cuando intentan comer esos desperdicios.



Respeta a los animales que viven tranquilamente en su hábitat. Eso supone no disparar con escopetas de balines a los pájaros, ni pisar a las lagartijas, ni destruir nidos, ni maltratar a los perros y gatos abandonados, ni torturar sapos y ranas, entre muchos ejemplos más.

LA INTELIGENCIA Y COMUNICACIÓN DE LOS ANIMALES



En nuestras sociedades existen animales de compañía, de crianza y animales de labor. Los primeros son amados pero, con frecuencia, cuando estorban, son abandonados en vacaciones. Los segundos son transportados y muertos de modos terroríficos. Los últimos desaparecen cuando dejan de ser útiles, y son sustituidos como muñecas viejas por juguetes nuevos. Desde Descartes, se piensa que los animales carecen de conciencia, siendo autómatas biológicos sin mente. Esto reduce sus derechos: Ante su dolor no siempre sentimos empatía. Las campañas por los derechos de los animales son consideradas una tontería por muchos mientras haya un ser humano que pase hambre. Este juicio estúpido presupone que hay un orden de solución de los problemas y una incompatibilidad entre «salvar» la humanidad y salvar a los animales. Hoy día la palabra animal sigue siendo un insulto en nuestro lenguaje. Un perro no es un ser humano, pero igual que existen los derechos humanos aplicables en principio a cualquier miembro de la especie, por indeseable que sea, deberían existir unas normas de conducta respecto a los animales, sin entrar en la discusión sobre si tienen o no deberes y derechos. Normas de conducta humana que ayudaran a su calidad de vida y disminuyeran su sufrimiento gratuito, sobre todo si, como parece, su inteligencia y su capacidad de sentir son tan sorprendentes.

La experiencia consciente en animales 

En un grupo de monos, un crío observa a otro macho adulto comiendo una fruta especialmente apetecible. Con los ojos clavados en la comida, el monillo se acerca lentamente al macho. Éste, sin prestarle atención alguna, sigue con su pequeño picnic. De pronto, el pequeño emite un chillido desgarrador. Al instante, la madre del mono se da la vuelta y llega corriendo para perseguir al supuesto agresor que quería hacer daño a su hijo. El pobre macho suelta la comida y echa a correr. Mientras el pícaro recoge tranquilamente la fruta del suelo y, con mucho gusto, se la come. ¿Qué hay detrás de este curioso episodio de la vida de los simios? ¿Se parece más a una respuesta instintiva o a una acción premeditada? En teoría, un procesamiento mental no consciente podría llevar a los mismos resultados, pero, como afirma Donald R. Griffin, «parece probable que el pensamiento y las emociones conscientes [...] proporcionan a los animales el mejor método para enfrentarse a los desafíos críticos en su entorno natural.»2 La observación de uno de los mayores expertos en la mente animal, apunta en dos importantes aspectos que están íntimamente unidos con la conciencia: El pensamiento y las emociones.



Pensamiento animal 

A menudo la conciencia suele identificarse con el pensamiento. Aunque la capacidad de crear representaciones internas del mundo y manipularlas mentalmente sólo constituye una parte de la experiencia consciente, es de una importancia vital. Posiblemente podamos imaginar una conciencia sin emociones (quizás un sistema de inteligencia artificial á la Startrek), pero la idea de una criatura consciente sin pensamiento nos parece realmente absurda. 

De ahí la importancia que los humanos atribuimos a nuestra capacidad mental (acuérdese del conocido Cogito ergo sum.) Evidentemente, nuestro intelecto se encuentra muy por encima de las posibilidades de cualquier especie conocida. Aún así, a diferencia de lo que en su época proclamaba el conductismo, los animales comparten con nosotros numerosos rasgos psicológicos relativos al pensamiento. 

El entorno natural da lugar a tantas situaciones impredecibles que para muchas especies sería muy difícil, si no imposible, sobrevivir con una serie de instrucciones genéticas y respuestas automatizadas. Las ratas, por ejemplo, evitan fuentes de comida envenenadas si han visto que otra rata ha muerto o ha sufrido malestar tras ingerir esa comida.

 Además, el conocimiento se propaga en el grupo. Las crías aprenden de sus padres a evitar los mismos alimentos aunque no han tenido ninguna oportunidad de observar los efectos del veneno en otras ratas. ¿Acaso no sugiere este tipo de aprendizaje por observación la existencia de una atención activa por parte de la rata? Muchos filósofos y científicos, contrarios a la posibilidad de conciencia animal, han utilizado el argumento de disimilitud, afirmando que los animales carecen de ciertas capacidades intelectuales propiamente humanas. Sin embargo, a medida que vamos acumulando evidencia, este tipo de razonamiento se ha demostrado incorrecto.


 La observación de la vida animal y los experimentos de laboratorio confirman que muchas destrezas mentales, que se creían únicas del hombre, se dan también, en mayor o menor grado, en las especies animales. Pero ¿cómo podemos detectar el pensamiento de un pájaro, por ejemplo? 


El mayor obstáculo en la investigación de la cognición animal parece ser la ausencia del lenguaje (no podemos preguntarle a un tigre sobre qué piensa cuando persigue su presa.)


 Aquí entra en juego la creatividad del experimentador para poner el animal ante problemas que permitan discernir el com- LA INTELIGENCIA ANIMAL • portamiento «automático» de una «actuación pensante». Especialmente útiles son aquellas situaciones que presentan algún rasgo de novedad, donde hay poca probabilidad de que el animal pueda dar con la respuesta correcta si sólo recurre a una conducta automatizada. 





¿Cómo se comunican los animales en su propio entorno? 

¿Hay algunas pistas sobre el uso de símbolos por parte de los animales? Sin duda, las hay. Cuando Dorothy Cheney y Robert Seyfarth por primera vez visitaron el Parque Nacional Amboselli (Kenia), donde iban a observar la vida de los monos Vervet, no podían distinguir entre estos cercopitecos ningún patrón de comunicación claro. 

Los monos emitían unos gruñidos que, excepto las variaciones en amplitud e intensidad, parecían «siempre lo mismo.» Aún así, cómo ya habían observado otros etólogos, los monos utilizaban señales de alarma ante al menos tres tipos de depredadores distintos.


Se considera inteligente a un ser que es capaz de comprender, razonar y gracias a ello tomar determinadas decisiones y que además  puede formarse una idea completa de la realidad que lo rodea.







 Es evidente que los animales no cumplen con todos los requisitos de dicha definición, ni son capaces de igualar el poder cognitivo, de abstracción o la capacidad mental del cerebro humano, pero hay ciertas cosas en las que estos seres se especializan y para ello adaptan sus mentes de una forma única.

En cierto modo, se podría decir que son más inteligentes o más funcionales incluso que los seres humanos, en la realización de estas tareas específicas. Estos son los 10 animales más inteligentes, de los millones que comparten el planeta entre sí y con los seres humanos.





Las ardillas

 Si bien las ardillas pueden ser pequeñas, sus cerebros no deben subestimarse, aunque su inteligencia está centrada en una cosa; la recolección de alimentos. Cuando se trata de las disposiciones de búsqueda y almacenamiento sus mentes están adaptados de forma única y recuerdan el lugar exacto donde guardaron sus existencias de comida o dónde la consiguieron, aunque haya pasado mucho tiempo.

Los elefantes 

En comparación con otros animales, los elefantes tienen cerebros más grandes, pero lo que importa es la proporción entre la masa corporal y la cerebral, por ello los elefantes son muy inteligentes para los estándares de los no humanos, ya que son capaces de crear y procesar las interacciones sociales más complejas y parecen conocer conceptos como el de la empatía y la solidaridad.






Los gatos 

 Los que tienen gatos como mascotas conocen muy bien a estos animales y podrían contarnos detalles increíbles de sus amigos felinos. Los gatos son excelentes cazadores, ágiles, silenciosos, perseverantes y poseen una capacidad sensorial multifuncional. Aunque no es tan fácil entrenarlos como sucede con los perros, pueden ser muy eficaces en el aprendizaje de nuevas habilidades y saben muy bien que es lo que les gusta y qué no.

Los perros 

 Aunque los niveles de inteligencia varían entre razas, en general, aprenden nuevas habilidades con facilidad y son rápidos para responder a la formación que le brindan los humanos, además la mayoría de los perros son muy curiosos de su entorno y pueden notar un cambio por mínimo que resulte. Su alta inteligencia emocional parece ser la que probablemente les ha llevado a ser el mejor amigo del hombre.


Los loros

A pesar de que su famosa capacidad de hablar es pura mímica, como la mayoría de la gente sabe, los loros tienen una excelente memoria (por ello son capaces de imitar y repetir) y como muchos otros en esta lista tienen capacidades de resolución de problemas, que pueden resultar sorprendentes.





Los delfines mulares 

 Cuando se trata de la relación entre la masa corporal y el cociente cerebral, es un hecho científico que los delfines nariz de botella o delfines mulares tienen los cerebros más grandes del reino animal. Estos animales se caracterizan por su avanzada capacidad de comunicación, pero también tienen el concepto de conciencia y pueden reconocerse en un espejo.

Los chimpancés 

 Aparte del hecho de que los chimpancés se parecen a los seres humanos, estos animales también tienen la capacidad de “pensar” como nosotros en determinadas situaciones. Pueden manipular su entorno y utilizar herramientas con el fin de ayudar a la comunidad a cumplir ciertas tareas. En general se le considera el primate más inteligente y por lo tanto uno de los animales más inteligentes del mundo.

LOS ANIMALES EN PELIGRO DE EXTENCION

Una especie se considera en peligro de extinción, sea vegetal o animal, cuando todos los miembros vivos de dicha especie están en peligro de desaparecer. Esto se puede deber tanto a la depredación directa sobre la especie como a la desaparición de un recurso del cual depende su vida, tanto por la acción del hombre, debido a cambios en el hábitat, como producto de desastres naturales, o por cambios graduales del clima.



CALIFICACIONES SIMILARES

Algunos sistemas poseen similares categorías, por ejemplo:

  • Bajo las clasificaciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), las especies en peligro crítico de extinción están protegidas por el Apéndice I, que restringe su comercio solo a casos excepcionales.5​ Dentro de la Unión Europea el apéndices I ha sido rebautizado como apéndice A,6​ implementándose las medidas de protección, pues como apéndice A se incluyen especies que fuera de la U.E. serían considerada apéndice II de CITES.7

Consecuencias de los animales en peligro de extincion



la consecuencia de la extinción de los animales es la pérdida de biodiversidad (variedad de especies yanimales en su hábitat) que representa la reducción en la población de especies, como consecuencia trae: 
  • La pérdida de diversidad genética 


  • El incremento de la vulnerabilidad de las especies y animales a enfermedades, cacería, y cambios fortuitos en las poblaciones.


  • La extinción de especies es una de las consecuencias más importantes de la pérdida de la biodiversidad. 


  • Procesos antropogénicos (procesos de la evolución y del desarrollo de la especie humana).


  • La rápida destrucción de los ecosistemas más diversos del mundo, especialmente 
Las causas:

Las especies se extinguen o ven reducidas sus poblaciones por varias razones, pero la causa principal es la destrucción del hábitat debido a actividades humanas.

A medida que evolucionan las diferentes especies, la mayoría de ellas se adaptan al hábitat o ambiente específico que mejor reune sus necesidades de supervivencia. Sin este hábitat particular, la especie no puede sobrevivir.

Las actividades humanas tales como contaminación, drenaje de humedales, conversión de sabanas en tierras de pastoreo, deforestación, urbanización, destrucción de los arrecifes de coral, y la construcción de caminos y presas, han destruido o dañado seriamente y fragmentado los hábitats disponibles.

La fragmentación de hábitats, el aislamiento y división de hábitats en áreas menores, han provocado que las especies de plantas y animales que permanecen en esas "islas" de hábitat pierdan contacto con otros de su propia clase, esto reduce su diversidad genética, haciéndolos menos adaptables al cambio ambiental o climático, y los deja altamente vulnerables a la extinción.
A veces los hábitats fragmentados llegan a ser tan pequeños que no pueden mantener una población sostenible.


CONCLUSION 

Al extinguirse una especie se ve alterado todo un ecosistema completo, y esto trae como consecuencia la falta de balance en la proliferación de otras especies aún existentes, ya sea plantas, animales o ambos, al verse afectado el ecosistema, también se ve afectado el ser humano y el planeta como tal, no solo seres vivos, un ejemplo de ello es la tala excesiva, produce cambios dramáticos en el clima y en la secuencia de las lluvias y temperaturas en distintos lugares de la tierra, una de las soluciones y la más obvia es el manejo y uso moderado de los recursos vegetales, animales y minerales también. 



LOS ANIMALES SON AMIGOS, NO COMIDA

Comer carne de animales no humanos es uno de los pilares económicos, culturales y biológicos de la especie humana. Aqui, algunos datos para su cuestionamiento.


Uno de los usos más frecuentes que nuestra sociedad y cultura hace de los animales no humanos es matarlos para comer su carne. Cada año, 53 mil millones de animales mueren para satisfacer la demanda de las personas omní­voras: cerdos, gallinas, pollos, peces, reses, ovejas, conejos, y muchos otros, forman la larga lista de ví­ctimas de los animales humanos.



La vida y la muerte de estos animales es un permanente infierno: hacinados, mutilados (para evitar el canibalismo que les produce el stress de los estabularios), alimentados artificialmente para engordarlos en tiempo record, muchos de ellos no ven nunca el sol; y viven una corta vida marcada cuando el estándar técnico indique que están listos para ser faenados. Entonces son transportados al matadero, donde muchos mueren de manera dolorosa y poco cuidadosa, pues la matanza y el ritmo de animales abatidos también está sujeto a productividad.



La crianza de animales no humanos para carne, leche o huevos se divide en diferentes tipos de granja, de acuerdo a la estabulación y el estilo de crianza de los animales:


  • Granjas de crí­a intensiva en jaulas (donde los animales permanecen en jaulas o estabularios cerrados)
  • Granja de crí­a en tierra (donde los animales, principalmente aves, son criados en hacinamiento a nivel de suelo al interior de grandes pabellones)
  • Granja de crí­a extensiva (los animales son criados en tierra al aire                 libre)
  • Granja ecológica (la misma anterior, pero que tiene estándares de alimentación y vida del animal que consideran su bienestar como ingrediente importante para el "producto final").
  • La muerte de animales usados como comida

  • Fabricar productos de origen animal significa matar animales no humanos. Esto es bastante evidente en el caso de la carne, cuero, pieles y otros productos elaborados con carne de animales, pero también se matan animales cuando se les explota para la producción de productos lácteos y huevos. Las vacas jóvenes y las gallinas producen más leche y huevos, y las vacas lecheras y gallinas ponedoras se sacrifican cuando explotarlas resulta menos rentable que criar nuevos animales y explotarlos en su lugar.
    Un pequeño porcentaje de los animales destinados a la producción de alimentos se cría en granjas pequeñas y no en granjas industriales, y quienes defienden las pequeñas explotaciones aseguran que en ellas los animales reciben un trato mejor que los de las granjas industriales. Sin embargo, sean cuales sean las condiciones de cría, los animales de granja son finalmente enviados a un matadero para su sacrificio.

  • ¿Son todos los animales buenos para alimento?

  • Disfruta usted de buena salud? Considere la salud de las personas a su alrededor. La mayoría de las personas come lo que satisface su paladar en lugar de lo que sus cuerpos necesitan. El resultado es un mundo lleno de personas con sobrepeso, peso insuficiente, poca energía y plagadas por enfermedades. Algunas personas ni siquiera saben lo que se siente tener buena salud. ¡Esto no debería ser así
  • La producción de animales, su cría, su hacinamiento, su cautividad, su sufrimiento, ya sea en granjas, en mataderos, en zoos, en circos… implica su muerte, pero también la nuestra, la de nuestro planeta. Morimos como humanos al perder la empatía, y moriremos como especie si no asumimos que el destino de todos esos animales es también el nuestro. La explotación de los animales es extrema, y combatir algo extremo, aunque se haga de forma pacífica, mediante el diálogo, implica necesariamente ubicarse en el otro extremo. Creo que hoy ser humanista implica necesariamente ser animalista. No tenemos futuro si no tenemos en cuenta el futuro de los demás animales y el futuro del planeta.

LA ADOPCIÓN ES UNA BUENA ALTERNATIVA PARA UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA LAS MASCOTAS ABANDONADAS

La esterilización, para evitar camadas indeseadas; la identificación, que permite localizar al dueño del animal en caso de pérdidas; y la adopción, que le da una nueva oportunidad de vida a las mascotas abandonadas, son las iniciativas mejores valoradas por el Estudio de la Fundación Affinity -elaborado con datos obtenidos durante 2014- para comenzar a paliar el mayor problema que sufren los perros y gatos de nuestro país: el abandono y las pérdidas.



Cifras de abandono y adopción

El abandono y las pérdidas de perros y gatos constituyen el principal obstáculo de bienestar de los animales de compañía en nuestro país. En 2014 fueron recogidos más de 140.000 (106.781 perros y 33.410 gatos), es decir que cada cinco minutos un perro o un gato era recogido por una entidad en España.
A pesar de las campañas de concienciación, la cifra se mantiene estable y es muy elevada. Estos datos son un síntoma más de que estamos ante un problema de índole estructural y que reclama una mayor intervención y cooperación de todos los agentes, públicos y privados, implicados en su prevención: protectoras de animales, veterinarios y administración, ya que es necesaria una mayor labor pedagógica en relación a los beneficios de la adopción.

Mientras los abandonos no disminuyen, la preocupación es mayor porque, además, la adopción no aumenta. Solo el 13% de los perros y el 10% de los gatos de los hogares españoles proviene de una adopción, ya sea a través de particulares o protectoras.

Causas de abandono

Las 5 principales razones que se alegan para abandonar a un animal de compañía son los problemas económicos (16%), las camadas inesperadas (13%), el comportamiento del animal (12%), la pérdida de interés por el animal (9%) y el fin de la temporada de caza (9%).
Los factores económicos (16%) y las camadas no deseadas (13%) aparecen en este estudio, como en el del año anterior, entre los motivos de abandono más mencionados.
Si bien esta información puede resultar escasa porque la única fuente son los propios propietarios de los animales que son dejados por ellos en los refugios y que solo representan el 9% de las mascotas abandonadas, ya que la gran mayoría son rescatadas en la calle o llegan a través de personas que no son sus dueños.








Adopta:   ganamos todos

La adopción es una alternativa que a la hora de adquirir un animal de compañía beneficia a todos: a la familia, a las entidades de protección animal y, por supuesto, al propio perro o gato. Los adoptantes han manifestado que su motivo principal para hacerlo fue su sensibilización con el problema (38%) y para colaborar con la protectora (23%). También se han decidido a adoptar por recomendaciones, porque es una vía más económica y porque los animales están en mejores condiciones (12% para cada una de estas razones)
Pero la adopción en España no es una opción mayoritaria a la hora de adquirir una mascota, por lo que su promoción es una estrategia fundamental para reducir la población de animales abandonados. Solo el 44% de los animales recogidos son adoptados, y una parte de ellos son adoptados por familias de otros países, lo que indica que España es deficitaria en cuanto a la adopción de animales de compañía, porque no compensa el número de abandonos y porque parte de estas adopciones son gestionadas fuera de nuestro país.
Al no ser adoptado el perro o gato está condenado a pasar el resto de sus días en un refugio (16%) o en muchos casos a ser sacrificado (12%).