Uno de los usos más frecuentes que nuestra sociedad y cultura hace de los animales no humanos es matarlos para comer su carne. Cada año, 53 mil millones de animales mueren para satisfacer la demanda de las personas omnívoras: cerdos, gallinas, pollos, peces, reses, ovejas, conejos, y muchos otros, forman la larga lista de víctimas de los animales humanos.
La vida y la muerte de estos animales es un permanente infierno: hacinados, mutilados (para evitar el canibalismo que les produce el stress de los estabularios), alimentados artificialmente para engordarlos en tiempo record, muchos de ellos no ven nunca el sol; y viven una corta vida marcada cuando el estándar técnico indique que están listos para ser faenados. Entonces son transportados al matadero, donde muchos mueren de manera dolorosa y poco cuidadosa, pues la matanza y el ritmo de animales abatidos también está sujeto a productividad.
La crianza de animales no humanos para carne, leche o huevos se divide en diferentes tipos de granja, de acuerdo a la estabulación y el estilo de crianza de los animales:
- Granjas de cría intensiva en jaulas (donde los animales permanecen en jaulas o estabularios cerrados)
- Granja de cría en tierra (donde los animales, principalmente aves, son criados en hacinamiento a nivel de suelo al interior de grandes pabellones)
- Granja de cría extensiva (los animales son criados en tierra al aire libre)
- Granja ecológica (la misma anterior, pero que tiene estándares de alimentación y vida del animal que consideran su bienestar como ingrediente importante para el "producto final").
La muerte de animales usados como comida
- Fabricar productos de origen animal significa matar animales no humanos. Esto es bastante evidente en el caso de la carne, cuero, pieles y otros productos elaborados con carne de animales, pero también se matan animales cuando se les explota para la producción de productos lácteos y huevos. Las vacas jóvenes y las gallinas producen más leche y huevos, y las vacas lecheras y gallinas ponedoras se sacrifican cuando explotarlas resulta menos rentable que criar nuevos animales y explotarlos en su lugar.Un pequeño porcentaje de los animales destinados a la producción de alimentos se cría en granjas pequeñas y no en granjas industriales, y quienes defienden las pequeñas explotaciones aseguran que en ellas los animales reciben un trato mejor que los de las granjas industriales. Sin embargo, sean cuales sean las condiciones de cría, los animales de granja son finalmente enviados a un matadero para su sacrificio.
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¿Son todos los animales buenos para alimento?
- Disfruta usted de buena salud? Considere la salud de las personas a su alrededor. La mayoría de las personas come lo que satisface su paladar en lugar de lo que sus cuerpos necesitan. El resultado es un mundo lleno de personas con sobrepeso, peso insuficiente, poca energía y plagadas por enfermedades. Algunas personas ni siquiera saben lo que se siente tener buena salud. ¡Esto no debería ser así
- La producción de animales, su cría, su hacinamiento, su cautividad, su sufrimiento, ya sea en granjas, en mataderos, en zoos, en circos… implica su muerte, pero también la nuestra, la de nuestro planeta. Morimos como humanos al perder la empatía, y moriremos como especie si no asumimos que el destino de todos esos animales es también el nuestro. La explotación de los animales es extrema, y combatir algo extremo, aunque se haga de forma pacífica, mediante el diálogo, implica necesariamente ubicarse en el otro extremo. Creo que hoy ser humanista implica necesariamente ser animalista. No tenemos futuro si no tenemos en cuenta el futuro de los demás animales y el futuro del planeta.
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